Gracias a su capacidad para crear entornos simulados, la realidad virtual (RV) ha emergido como una herramienta potente y transformadora en el ámbito de la formación y el desarrollo profesional.
La creciente tendencia de inmersión en experiencias de virtual reality permite tanto a estudiantes como a profesionales en proceso de formación sumergirse en entornos interactivos que simulan situaciones del mundo real. Esta revolución tecnológica ha crecido significativamente y se ha extrapolado a pasos agigantados desde sectores con grandes presupuestos como el ámbito militar, aeroespacial o la robótica, para llegar ahora a áreas cruciales como la formación sanitaria.
Esta ‘democratización’ de la RV está abriendo puertas a experiencias formativas únicas y accesibles. Son conocidos los innumerables beneficios de la innovación tecnológica y la inteligencia artificial para el tejido productivo a grandes rasgos, pero es especialmente relevante para la formación de los trabajadores sanitarios.
De este modo, la aplicación de la realidad virtual como vehículo para dinamizar la formación de los especialistas sanitarios nos permite: por un lado, optimizar el tiempo dedicado al proceso de aprendizaje; y, por otro, eliminar las barreras y los costes de los recursos.
Al tratarse de formaciones deslocalizadas, cualquier experto ubicado en cualquier lugar podrá realizar todo tipo de programas formativos, y en cualquier materia (por ejemplo, formarse en un quirófano, practicar atenciones de emergencia en accidentes, protocolos de actuación en cuidados paliativos, etc.)
Además, el uso de la realidad virtual favorece la globalización de las experiencias formativas y gracias a ello, estos profesionales pueden hacer un uso completo de todo tipo de recursos necesarios para su formación: simulación de pacientes, descubrir últimas técnicas y maquinaria, y recursos clínicos, entre muchos más.
La aplicación de la realidad virtual a la formación de sanitarios permite también entrenar a estudiantes y trabajadores en situaciones únicas con problemáticas reales que nunca se podrían preparar fuera de esa RV. Aquí podríamos encontrar detección e identificación de alarmas o situaciones de peligro, cómo reaccionar ante catástrofes, etc.
En la búsqueda constante por mejorar las habilidades esenciales para el éxito en el ámbito profesional, la realidad virtual inmersiva ha irrumpido como un instrumento revolucionario que potencia la formación de soft skills o ‘habilidades blandas’, esto es, aquellas características y competencias que configuran el comportamiento de los profesionales en el sector empresarial.
Estas competencias, entre las que encontramos la comunicación efectiva, la empatía, la adaptabilidad y el liderazgo, son fundamentales en el entorno profesional actual. La realidad virtual nos brinda un espacio seguro para practicar estas habilidades bajo diferentes escenarios, fortaleciendo la confianza y la capacidad de enfrentar desafíos reales en la rutina diaria del profesional.
Este enfoque experiencial se convierte además en un puente entre la teoría y la práctica que permite a los profesionales responder de manera activa, participativa y orientada a resultados, así como aprender a comunicar bajo presión y experimentar situaciones desafiantes sin temor a fracasar.
En definitiva, la realidad virtual inmersiva supone una tecnología disruptiva que está redefiniendo la manera en que la aprendemos y nos desarrollamos profesionalmente, una metodología que podemos utilizar como vehículo de formación continua y eficaz que proporciona un nivel de experiencia y aprendizaje sin precedentes. La combinación de realidad virtual, inteligencia artificial y experiencias inmersivas está abriendo un nuevo horizonte en la educación y el crecimiento profesional, creando un contexto donde la innovación y el conocimiento van siempre de la mano.
Clara Campos, Directora general de Faro Edtech
